viernes, 29 de marzo de 2013

Borago officinalis

La borraja Borago officinalis es una de las plantas más bonitas e inconfundibles de nuestra campiña. Pertenece  a la familia de las boragináceas, y es originaria de algunas zonas del Mediterráneo  aunque está naturalizada por amplias zonas, debido a que se cultivó durante mucho tiempo por sus propiedades culinarias y medicinales.


Las flores tienen una forma muy característica, con la corola de tubos extendidos. Tienen cinco sépalos lanceolados estrechos, en forma de estrella. El androceo tiene 5 estambres exertos, insertados cerca de la base de la corola, con anteras conniventes. El cáliz tiene los lóbulos lanceolado-lineares, tan largos como la corola. Son normalmente azules, aunque algunas son blancas.


Aparte de las flores, la borraja no es una planta muy atractiva. Es una planta anual de pelo áspero, de tallos robustos a menudo ramosos de hasta 70 cm. Las hojas inferiores son gruesas, ovales y pecioladas, las superiores abrazan directamente el tallo. Echa abundantes flores en racimos apretados.


En Asturias esta especie no se emplea mucho en la cocina, pero en otras partes es muy apreciada. La forma de cocinarla es variada, pues se emplea de diferentes maneras toda la planta, desde los tallos, hasta las hojas.  




También presenta muchas posibilidades desde el punto de vista medicinal, con propiedades diuréticas, sudoríficas, contra la inflamación de próstata, antiestrés y emoliente de la piel.  Es buena para la tensión arterial alta, el exceso de colesterol, y la regulación de estrógenos.



La borraja se distribuye en Asturias, en la costa y zonas de baja altitud. Florece ya desde marzo, y a lo largo de toda la primavera y el verano. Se encuentra mejor en zonas nitrogenadas y en baldíos. Normalmente las flores son azules, pero ocasionalmente son blancas. En la zona de Gozón donde realicé estas fotografías conviven ambos colores.



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